Caminar en la playa es una de las mejores cosas que puedes hacer. Más allá de ser relajante, ofrece varios beneficios a la salud.
Caminar es una actividad útil para el cuerpo, pero hay lugares que ayudan a que sea aún más productiva y beneficiosa: como la playa. Y de eso en nuestra provincia hay de sobra. Tenemos la suerte de vivir en un territorio donde tenemos que desplazarnos poco para verlo y estar en contacto con él. Vivir cerca del mar no sólo es agradable para la vista, sino que también es beneficioso para la salud.
Una caminata playera resulta un ejercicio tan agradable que parece que no lo hicieras, con el que no se suda y que permite perder muchas calorías. Además, favorece la circulación, la musculatura, mejora la salud ósea y el sueño. Además, si el día está despejado, los rayos de sol ayudan a sintetizar la vitamina D, esencial para fijar calcio en los huesos y para el buen ánimo.
Además de ser una actividad relajante, la vista del mar y el sonido de las olas permiten liberar estrés y poner la mente en orden. La brisa marina es rica en sales minerales y ayuda a respirar, limpia los pulmones y mejora su funcionamiento.
Un paseo por la playa hace que caminemos durante más tiempo del que invertiríamos, por ejemplo, en las calles de cemento de la ciudad o en la trotadora de un gimnasio. No sólo son sensaciones, sino que la playa realmente tiene un poder curativo y tranquilizador tan necesario en nuestro día a día.
Lo mejor: disfrutarlo desenchufado, sin música y con el teléfono silenciado, para escuchar el relajante murmullo del mar.
