La temible Gripe Española de 1918

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En agosto de 1918 llegaban a San Antonio en un tren especial los miembros de la Comisión de Puertos en representación del Gobierno a la recepción oficial de las recién terminadas obras del puerto de San Antonio. Fue la recepción definitiva de las esperadas obras que comprendían el molo de abrigo, el espigón de atraque y varios otros trabajos. El nuevo puerto fue un gran avance para el país.
Cinco meses antes, el 4 de marzo se notificaba al mundo el conocimiento de una nueva enfermedad mortal, la Gripe española (o también Gran pandemia de Gripe). Fue un brote de influenza virus A, del subtipo H1N1, que causó la pandemia más grave del siglo XX. Afectó a unas 500 millones de personas.
Los primeros casos en Chile aparecieron entre abril y mayo de ese año.
La Gripe Española también afectó a San Antonio. Muchas familias enfermaron. La configuración de la comuna puerto y escasa higiene hacían que cualquier epidemia se ensañara con sus efectos en nuestro insalubre sistema de viviendas. Los diarios sanantoninos aplaudían la gestión del alcalde y le instaban a intensificar sus gestiones para enfrentar al agente infeccioso.
En esa época en Chile las condiciones higiénicas eran horribles, había pobres condiciones materiales, viviendas sin agua potable, sin aislación para el frío, hacinamiento, mala ventilación, difícil acceso al agua potable, el alcantarillado recién se instalaba, la basura se acumulaba en muchas calles y había mucha población desnutrida. Así, los más pobres fueron los más afectados.
Las reuniones sociales y manifestaciones continuaron, sólo se restringieron las visitas a los cementerios.
En nuestro país la Gripe Española se vivió sin distancia física, con vinagre y mentol, con celebración de Fiestas Patrias y sin suspender clases. El comercio no podía cerrar, estaba afectado por la Primera Guerra Mundial y debía seguir funcionando.
Los municipios invirtieron, dentro de sus escasas posibilidades, considerables recursos en limpieza y desinfección de hogares, calles y transporte público. Se autorizaron montos adicionales para hospitales y adquisición de medicinas, pero a nivel estatal no hubo ningún tipo de ayuda a las personas necesitadas. Un elevado número de pacientes fue rechazado por falta de camas. No existía el concepto de asintomático, sólo se aislaba a quienes tenían síntomas y se quejaban del dolor corporal o “garrotazo”, como se describía entonces a la enfermedad.
Entre 1918 y 1921, la gripe española causó en Chile más de 40 mil muertos, equivalente al 1% de la población. En el mundo fallecieron unas 40 millones de personas. Se dio por superada unos cinco años después cuando la población adquirió inmunidad.
Otras epidemias recurrentes de la época eran la viruela, tifus, tuberculosis, cólera y poliomielitis, que hoy están controladas y prácticamente erradicadas.

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