Proyecto Mostazal

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Un tremendo signo de interrogación tenía en su cara Francisco Riquelme, habitante del poblado Mostazal en la comuna de Santo Domingo, al ver que desde la tierra surgía un vapor constante. A ello se sumaba el hecho de que una impresionante extensión de tierra se había hundido 75 metros de su nivel original la noche del terremoto del 27 de febrero de 2010. Toda clase de conjeturas se hizo la familia de Francisco; hasta de un naciente volcán le hablaron algunos, nuevas termas dijeron otros. Pasaron los días y las teorías sobre el misterioso origen de las emanaciones vapor, que no paraban, se multiplicaron al punto que los lugareños se contactaron con la autoridad marítima. Se montó un operativo que algunos denominaron en Facebook «Proyecto Mostazal» que incorporó a especialistas de todas las ciencias para tener una opinión lo más certera posible y que explicara lo que ocurría en ese sector. El 24 de julio, muy temprano, llegaron todos al lugar. Bomberos entregó el primer dato: el vapor tenía 40 grados. De allí un examen minucioso al terreno y las enormes masas de tierra desplazadas hacia la profundidad y el mar.

Especialistas de Sernageomin, ONEMI y otros finalmente llegaron a la conclusión de que el vapor era debido a restos en descomposición que fueron arrastrados y sepultados durante el terremoto. Fin de las especulaciones. Finalmente, todo volvió a la normalidad, aunque las emanaciones continuaron por un tiempo.

Caleta mostazal, donde vive una decena de familias, está a una hora al sur de Santo Domingo. En la Provincia de San Antonio fue la localidad más afectada por el terremoto del 27F, ya que el tsunami se arrasó con todas las casas.

*Nota de Luis Valderas. Publicada en RB, septiembre 2011

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