Cines de San Antonio que pasaron a la historia

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Los hermanos Lumière presentaron su cinematógrafo en 1895. El invento enamoró a todos. Ya en la década de 1920 funcionaba en el pujante balneario de Llolleo un cine mudo (esquina de calles Del Canelo y Santa Lucía) llamado Cine Universal. Del cine mudo en blanco y negro se pasó al color y sonido estéreo. Los años siguientes vieron la apertura de icónicos teatros, con clásicos noticiarios de breves minutos, célebres estrenos, matinés y funciones rotativas. Fueron parte esencial del entretenimiento de San Antonio en el siglo XX. Salas como Rex, Moderno, Victoria y Cervantes, pasaron a la historia.
En el umbral del nuevo milenio los proyectores de esos teatros se apagaron y el esplendor que tuvieron algún día, ahora sólo está en la memoria. Su existencia es un recuerdo en la mente de quienes disfrutaron allí no sólo de grandes estrenos cinematográficos del siglo XX, también de connotados eventos sociales, políticos y musicales.
Parece difícil de creer, pero fue en mayo de 1998 que el histórico Rex de Avenida Divina Providencia en Llolleo cerraba sus puertas, dando fin a décadas de servicio. San Antonio se quedó oficialmente sin cine.
Días antes el Rex de Llolleo presentó las taquilleras “Romeo y Julieta”, “Spiceworld” de las Spice Girls y “George de la selva”. El último filme que estrenó fue “Titanic”. La taquillera superproducción de James Cameron llegó el 15 de ese mes. Había locura por ver la película ganadora de 11 premios Oscar y se exhibió por una semana a sala repleta. Luego bajó el telón. La comuna capital provincial de San Antonio se quedaba sin cine.
Tiempo antes, el terremoto de 1985 provocó serios daños en el Rex, pero fue reparado y la función continuó. Para 1998 varios factores contribuían a su cierre: la competencia de películas en VHS, el boom del TV Cable y la poca afluencia de público que arrojaba baja ganancia. Además el arriendo del local era muy elevado, la sala debía modernizarse para atraer más público, pero no se podía hacer porque todo se iba en pagar arriendo. El contrato de alquiler vencía el 31 de mayo y la suerte estaba echada. Días después del cierre el municipio informó que se realizaría una campaña para adquirirlo y transformarlo en Teatro Municipal. No se logró.
Fue el último recinto local que apagaba sus proyectores. En 1990 otro clásico se fue a negro, el Cine Moderno de Barrancas, a un costado de la Parroquia Santa Luisa de Marillac. Esa sala vio intentos de reapertura, durante algunas semanas de 1999, 2002 y 2005. No funcionó.
En 1985, el terremoto del 3 de marzo llevó al Cine Victoria de calle Pedro Montt, abierto quince años antes, a cerrar sus puertas para siempre.
Otro sismo, en julio de 1971, sentenciaba al emblemático Cine Cervantes de Avenida Centenario. Esa histórica sala del centro sanantonino, inaugurada en 1940, fue epicentro no sólo de grandes estrenos cinematográficos de la época dorada del cine hollywoodense y mexicano, también hubo allí célebres espectáculos musicales (se dice que vino Libertad Lamarque). En 1979 fue reacondicionada y funcionó hasta 1995 la taquillera Disco Show de Avenida Centenario. Después abrió allí un supermercado Egas que se incendió en diciembre de 2000. En el lugar se construyó en 2004 una tienda Johnsons y desde hace poco funciona un mall chino.
Si no los conociste, tal vez has pasado con frecuencia frente a sus fachadas. Aún están en pie los edificios del Rex de Llolleo (hoy salón gastronómico y de juegos) y Moderno de Barrancas (utilizado regularmente para eventos y bodega).
Muchos sanantoninos mayores de cuarenta y tantos con seguridad disfrutaron sus primeras experiencias cinéfilas en una de esas salas. Ya nada es igual desde que cerraron.

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