Fernanda Sandoval Pérez, bailarina. Entrevista RB, mayo 2019
Cuéntanos de ti.
Estoy muy contenta de poder contar mi historia y visión de la danza en el litoral. Nací en San Antonio en 1995 y he vivido en muchos lugares, entre ellos Chiloé. Fue acá en el Litoral Central donde encontré mi hogar en Las Cruces en 2008.
Háblanos de tu formación artística y tu experiencia.
El arte es un factor presente en mi vida siempre. Llegó a mi como teatro, pintura, música, y hasta el canto. Desde niña disfrutaba de bailar y participaba en actividades culturales. A los 11 años, la Danza Árabe entró en mi vida. Comencé guiada por mi madre Anita y primera maestra de danza. Inicié un proceso de auto conocimiento, descubriendo mis capacidades, y si bien no fue fácil, sobre todo siendo hija de profesora y totalmente tiesa, casa de herrero cuchillo de palo dicen por ahí, me enamoré de la gracia y la elegancia que transmitían esos ondulantes movimientos que provenían de culturas ancestrales. Luego de 4 años como alumna regular, hice un curso de Capacitación de Formación para Monitoras que duró un año completo, y no fue hasta 3 años después que decidí indagar en la pedagogía. Comencé haciendo monitorias en 2013, tanto a mujeres adultas como niñas, aprendiendo de primera mano el arte de enseñar danza y lo importante de la técnica, pedagogía y métodos de enseñanza para lograr ser un buen profesor. Luego de mucha práctica, estudio, y dedicación tuve la confianza para dirigir mi primer taller particular en El Quisco. Al año siguiente abrí un taller infantil en Cartagena, ambos se mantuvieron vigentes y abrí otro en San Antonio. Para ese punto ya estaba totalmente enamorada de la danza y comencé a dedicarme de lleno, tomando cursos y capacitaciones para ampliar cada año la estrategia educativa y entregar un servicio de calidad a las mujeres.
¿Qué es para ti el baile?
El solo hecho de bailar es un acto de libertad. Cuando bailamos liberamos nuestra verdadera esencia, mostramos un pedazo genuino de nosotros. Para mí el baile es una forma natural de expresarse inherente al ser humano.
Quienes bailamos solemos tener la libertad del movimiento. La danza se hace visible por medio de bailes para comunicar algo en sí, pero no siempre se baila por alegría, diversión, o liberación de energía, si no que puede darse de manera libre y espontánea. Para bailar no es necesario seguir patrones estructurados, y pueden no pertenecer propiamente a una cultura o estilo identificable.
¿Qué es lo más exigente de tu carrera como bailarina profesional?
Diría que siempre lo más exigente es el entrenamiento de alto rendimiento al que debe someterse un bailarín y la capacidad de trabajo, estudio, y superación constante para lograr avances y resultados eficientes, es un camino duro y difícil muchas veces.
También hay mucha exigencia y presión en cómo te ve y te juzga la gente del medio, ya sea por la formación que tuviste, o tu forma física, o la forma en que vendes y promocionas tu trabajo. La danza es un arte maravilloso pero a su vez como todo, está lleno de prejuicios y críticas de todo tipo. Por otro lado, también existe la autoexigencia, y sobre ello me siento muy satisfecha de trabajar con dedicación en cada una de mis clases, ya que no sólo imparto una técnica en específico, sino que también lo hago de manera responsable y consciente para con el cuerpo e integridad de las alumnas.
¿Qué estilos te motivan más?
Es bien sabido que en el mundo de la danza oriental hay un gran abanico de estilos, técnicas y fusiones que se han creado y siguen naciendo cada día. Mi formación partió con danza árabe tradicional, muy apegado a las raíces culturales, enraizando el cuerpo a la tierra, ofreciendo la danza a la divinidad y conectándose consigo mismo. Muchas otras corrientes derivan del mismo origen, sin duda las danzas rituales y tribales son mis favoritas. Estilos como el Tribal ATS American Tribal Style, Tribal Fusión, fusiones gypsy, flamencas, urbanas y paganas entre otras, ofrecen una nomenclatura realmente interesante e innovadora para la danza y su crecimiento.
Me considero una amante de la Técnica Académica (danza clásica- ballet), y me encanta desafiar mis capacidades aprendiendo constantemente variados estilos saliendo de la zona de confort. El folcklore, jazz, danza urbana, moderna y la Fusión Medieval son parte de mis prácticas siendo esta última creación propia con mi compañera de dueto Nayadeth Molina. Juntas conformamos «Dueto Kamaraia».
Pioneras en la Fusión Arábica Medieval, estilo único y nuevo creado por nosotras, mezclamos hermosas melodías propias del medievo junto a sensuales y elegantes movimientos característicos de la danza del vientre logrando una interpretación mágica e hipnotizante.
Hace dos años que participamos de múltiples Ferias y Fiestas de Recreación y Fantasía Medieval en Chile.
¿Qué te enamora de la danza árabe?
Que es una perfecta terapia femenina. Proviene de una antigua tradición oriental asociada al mundo femenino, a las mujeres reunidas en círculos, ondulando, danzando, creando música alrededor de su propio misterio y belleza. Mi visión es que la mujer se interiorice consigo misma. La sanación integral a través de la danza es el fundamento de mis clases. Conocer tu cuerpo y aprender a expresar mediante melodías que te transportan a otras épocas es un éxtasis totalmente sanador. Conjunto con desarrollar tu femineidad, confianza y autoestima, renaces, encuentras comunidad y te enamoras de la euforia de bailar la vida.
¿Qué te emociona de un artista?
La capacidad de entrega, de lucha. La valentía de dedicarse mil por ciento a lo que te apasiona y hacer de ello tu trabajo. Respeto y admiro profundamente a quienes hacen del arte, en cualquiera de sus formas, su vida y soporte cada día.
A quienes van contra la marea para vivir el sueño de ser «artista», sobreviviendo a un mundo donde serlo es muchas veces sinónimo de estar locos. Siento que los artistas tenemos un rol muy grande con la sociedad. Muchas veces llevamos alegría, sonrisas y esperanzas donde más luz se necesita. Cual luciérnaga en la oscuridad vamos encendiendo el corazón y las mentes de aquellos que nos ven y también sienten y disfrutan del arte y sus bondades.
¿Quiénes son tus referentes en la danza?
¡Uuuf! diría que muchos, pero la primera y más importante de todas es mi madre Anita Pérez Lagos, profesora de danza árabe hace 25 años. Ella fue mi primera profesora y referente, quien trajo en 2008 la danza árabe a El Tabo y hasta el día de hoy su taller se llena de mujeres deseosas de aprender junto a ella.
Siempre me impulsó a intentar y no rendirme cuando la frustración atacaba. Me entregó no sólo una herramienta y formación para desenvolverme en el mundo artístico y laboral, también me encaminó hacia lo que años más tarde se transformaría en la pasión de mi vida: la danza.
Luego de ello muchos otros profesores me inspiraron a continuar. Marcela Godoy mi maestra de Casablanca despertó a la artista que habitaba en mí y desde entonces el cambio fue radical. En la danza árabe en Chile, Teresa Saba es la gran maestra, reconocida como tal, fue profesora de mi madre también y quien la impulsó a enseñar danza. Dentro de las maestras reconocidas a nivel internacional me quedo con Rachel Brice, y Jamila Salimpour. Finalmente, los mejores referentes son mis propios maestros, quienes me han formado como bailarina.
¿Cuál es tu mayor satisfacción profesional hasta ahora?
La mayor satisfacción son mis alumnas. Ver sus resultados clase a clase, disfrutar de la confianza que depositan en mi para guiarlas en el camino del autodescubrimiento. Ver que año a año vuelven para tomar clases conmigo, o incluso luego de un par de años retornan a clases porque las extrañan, extrañan a sus compañeras y como se sentían todas juntas. Satisfacción es ver la confianza y seguridad que depositan en mí los padres de mis pequeñas alumnas y ver como ellas año a año crecen con la danza en sus vidas y me toman como su más grande referente. La mayor satisfacción es ver los frutos de tu trabajo y saber que estás justo en el camino correcto.
Tu opinión de la danza en San Antonio.
Creo que hay mucho potencial, muchos jóvenes con talento para la danza, talento que se debe potenciar. Si bien en San Antonio hay grupos y academias dedicadas a la danza, creo que se puede hacer mucho más. Debemos crear más comunidad artística, agruparnos, juntarnos, conocernos, compartir el talento y la buena vibra. Me parece que las entidades culturales de la provincia tienen el deber de fomentar la participación de la gente de todas las edades en actividades, talleres, seminarios y presentaciones artísticas, así como también fomentar y apoyar a los artistas locales, generalmente se eleva más y se prioriza a los artistas que vienen de afuera dejando fuera a los múltiples artistas que hay acá. Fomentar la cultura a través de la danza es una gran solución a muchas problemáticas sociales de hoy.
¿Por qué recomendarías hacer danza?
Porque la danza es salud integral. Disfrutar de cada paso, de cada movimiento, de la música, y de la imagen que proyectamos, junto con las endorfinas que se liberan con el ejercicio, crea una situación de bienestar en las personas.
La danza es alegría, es risa, es llanto, y pena a la vez, la expresión misma del alma. Liberarnos, sentir y ser nosotros mismos nos permite apreciar cada aspecto que olvidamos de nuestro ser.
Practicar danza no sólo mantiene tu cuerpo en forma, es un ejercicio completo que mejora tu estado físico y fortalece la salud, fomenta las relaciones sociales y hace inmensamente feliz.
Aspiraciones para el futuro.
Además de seguir creciendo y mejorando cada día como persona, bailarina y profesora, me gustaría poder montar mi propia escuela de danza y allí impartir diferentes disciplinas artísticas y deportivas que estén enfocadas en la salud de las mujeres. Crear un espacio único y especial donde cada una se sienta a gusto y trabaje su cuerpo, mente y espíritu con las mejores condiciones.
También planes de viajar fuera de Chile, a mostrar mi danza y también a adquirir conocimientos en lugares específicos del mundo que llaman a mi espíritu.
¿Algo que desees agregar?
¡La danza es el motor en mi vida, amo ser alumna y amo ser profe! Fueron años en esto para llegar al punto presente y darme cuenta que todo lo que quería hacer era entregar danza, entregar cultura, entregar arte y sentimiento canalizado en mi cuerpo, con gracia, elegancia y humildad. Ser una bailarina versátil e íntegra en variadas disciplinas.
Sanar, crear unión, tribu, conexión con nuestra energía femenina. En fin, danzamos con amor al arte y a la vida, a nuestra diosa interna y al universo. Es un amor para siempre.
Invito a todas y cada una de las mujeres que están leyendo esto a atreverse, a conectar con su cuerpo y espíritu, reencontrarse. Si toman clases conmigo todo esto les hará mucho sentido.
Pueden ver mi trabajo en mi página de Facebook Nahid Danza del Vientre y también en Instagram Fernanda_nahid, estaré encantada de recibir sus dudas o consultas.