En diciembre de 1994 la municipalidad informaba a la prensa local de la propuesta para erigir un monumento a San Antonio de Padua, patrono de la ciudad puerto.
La obra, una escultura de acero inoxidable de 5 mts alto, base de cemento y placa recordatoria fue finalmente inaugurada el 1 de octubre de 1997 en el bandejón sur de Avenida Barros Luco frente al Puente de Llolleo. Ese día el Obispo Pablo Lizama, ante autoridades provinciales, la banda instrumental de establecimientos escolares, municipalizados, delegaciones estudiantiles, la participación del Coro Puerto San Antonio y gran cantidad de público, ofició la ceremonia religiosa con la cual se entregó oficialmente a la ciudad el nuevo icono patrimonial que fue financiado por la empresa Chilquinta. La idea era presentarlo a la ciudadanía el 13 de junio de ese año cuando se celebraba al santo portugués, pero ello no se pudo concretar.
La imponente figura de la escultura se ve desde el paso por Llolleo hacia Barrancas, pero la rápida pasada en transporte vehicular le quita protagonismo. Está entre el paradero 11 con Plaza René Schneider y Supermercado Líder, desde donde se puede llegar caminando. Merece verla porque fue diseñada por la famosa artista nacional Cristina Pizarro, destacada por sus obras en metal con insólitas formas dinámicas.
El santo portugués (1195-1231) es uno de los más populares. Falleció y descansa en Padua, Italia. Se le conoce como San Antonio de Padua y también como San Antonio de Lisboa. En 1232 el sacerdote de la Orden Franciscana, predicador y teólogo, se convirtió en la segunda persona más rápidamente canonizada por la Iglesia. Se le considera como el santo que ayuda a encontrar los objetos perdidos, vela por los solteros y protege a los hijos.
Se cree que la introducción del santo en la zona se debe al comerciante luso Antonio Núñez de Fonseca quien a fines del siglo XVI estableció aquí una estancia y bodegas para movilizar mercancías por la caleta del minúsculo poblado que había en esa época. De ahí que la zona comenzó a ser llamada “San Antonio de las Bodegas”.
Casi desconocido por los sanantoninos es que la Iglesia de Avenida Centenario guarda reliquias del santo portugués.