Había una vez: Hotel Miramar de Llolleo, puro glamour

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En la década de 1920 Llolleo era el balneario más cercano a Santiago, ciento trece kms a dos horas y media por tren. La localidad no tiene fecha de fundación oficial, pero se empezó a poblar rápidamente con la llegada del tren a inicios de la década de 1910, al norte se construía el puerto de San Antonio.

El comercio tuvo auge. Llolleo se convirtió en punto de recepción de productos de grandes fundos entre el río Maipo y Rapel, con industrias propias, casas y bodegas comerciales. Se instalaron numerosos chalets y quintas de recreo. Por su clima, cercanía a playas, grandes bosques, dunas y desembocadura del río Maipo, adquirió características de balneario. Los medios de prensa de Santiago lo destacaban así.

El empresario alemán Hugo Neisser (1870-1938) vio posibilidades de construir allí algo especial. En 1916 inauguró su Hotel Miramar frente al estero El Sauce y cercanía a playa, dunas, la importante Avenida Divina Providencia y estación de tren. El lugar se ubicó instantáneamente en la lista de destinos imperdibles de ese Llolleo recién nacido.

El establecimiento no decepcionaba incluso a los clientes más difíciles de complacer. Se ganó la reputación de ser uno de los más fascinantes del Litoral Central.

Por tres décadas el elegante Hotel Miramar fue un símbolo de las virtudes de Llolleo. Fue uno de los hoteles más solicitados por su esmerada atención, lobby, bar, cocina, decoración, armonía, sus muchas y variadas habitaciones, balcones con alucinantes vistas del atardecer sobre la playa de Llolleo y sus salones que atraían a los pasajeros de esos días. Hugo Neisser ofrecía a su clientela un increíble espacio hotelero. Un lujo arquitectónico. Un encanto en todos los sentidos.

El magnífico hotel cerró a mediados de la década de 1940 dejando un recuerdo imborrable en quienes lo conocieron. Luego se instaló allí un colegio. El emblemático edificio colapsó durante el terremoto de julio de 1971.

Hoy funciona en esos terrenos el Colegio Fernández León, sin duda un lugar cargado de historia.

Los restos del visionario empresario Hugo Neisser, dueño del legendario Hotel Miramar, descansan hoy en el Cementerio General de Santiago.

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