Macarena Navarro, empresaria de San Antonio. Entrevista RB, julio 2010
Cuéntenos de los inicios de “boutique Macarena Navarro”.
Fue accidental. Yo había estudiado Tecnología en Alimentos. A fines de la década del setenta con mi marido abrimos un negocio pequeño en la Galería Rosales, vendiendo zapatos. Tenía facilidad para vender, me gustaba conversar con las personas. Todo eso es entretenido para mí. Luego el negocio se hizo chico y nos fuimos a Avenida Centenario. El tema del calzado requería más dinero que la ropa, así el negocio llegó a ser una boutique.
¿Cómo fue el tema maternidad- empresaria?
Para todas las mujeres que trabajamos fuera de casa es super difícil porque no puedes dividirte. En el trabajo una es mamá y siempre está preocupada, sobre todo sintiendo esas culpas del abandono, de no estar tanto tiempo en el hogar. Es una situación complicada.
¿En qué momento decide cerrar las puertas de su boutique?
Ya son treinta años. Ahora mis hijos están grandes y me queda sólo un hijo menor. Entonces sentí que los mayores crecieron sin su mamá y que esta era la última oportunidad que tenía.
¿A qué se dedicará ahora?
De comienzo descansar un poco, estar con mi hijo menor y después preparar un nuevo proyecto porque tampoco me veo jubilada en casa.
¿Cuál es el legado de su boutique?
Para mi este es un negocio más, que me ha dado para vivir. No soy diseñadora ni modista. Lo que me valió para estar estos treinta años es la honestidad. Disfruto mucho ver las transformaciones de mis clientas, que de sencillas cuando las vestimos aparece una mujer hermosa que tiene cosas que destacar.
Un consejo a mujeres que dan sus primeros pasos en el mundo de los negocios.
Las mujeres de hoy llevan la delantera porque son amigas de la tecnología. Tienen en el conocimiento de internet una gran ayuda.
¿Algo que echará de menos?
El contacto con las personas.
Una frase para cerrar.
Infinitas gracias a todas las personas que fueron fieles a nuestra boutique, que me hicieron crecer. Yo fui aprendiendo con ellas. Muchos cariños a quienes me van a extrañar, yo también les extrañaré. Y bueno, así es la vida. Las cosas comienzan y en algún momento terminan.
